Fecha: 22 de febrero de 2018.
- Los señalamientos en contra de transgénicos, sin sustento científico relevante, entre las principales conclusiones de la publicación.
- Científicos y empresarios con reconocimiento nacional e internacional participaron en su elaboración.
- Es de libre acceso en las páginas Web del IBt/UNAM, ECN y la AMC.
El Aula Mayor de El Colegio Nacional fue el espacio donde el Dr. Francisco Bolívar Zapata hizo la presentación del libro Transgénicos. Grandes beneficios, ausencia de daños y mitos, en el que participaron, bajo su coordinación, un grupo de científicos expertos y empresarios con reconocimiento nacional –siete Premios Nacionales– e internacional en diferentes disciplinas, y que han hecho contribuciones importantes en ciencia básica y aplicada en materia de biotecnología, especialmente con transgénicos.
Luego de explicar qué es la biotecnología, los organismos vivos y sus componentes, en particular el ADN, y cómo se construyen o modifican los organismos mediante la ingeniería genética, el Dr. Bolívar Zapata lamentó los muchos señalamientos en contra de los transgénicos “por supuestos daños a la salud y al medio ambiente”. En este sentido, señaló que uno de los propósitos del libro “es proporcionar de manera sistematizada a la sociedad mexicana, en particular a la comunidad académica, la amplia y contundente información científica y técnica que sustenta la ausencia de daños y los amplios beneficios de los organismos transgénicos”.
No hay evidencia científica relevante, dijo, de daño documentado a la salud, al medio ambiente y a la biodiversidad por el consumo y el uso de los cultivares transgénicos y sus productos, “a diferencia de los dañinos insecticidas químicos que sí lo causan y que ya no utilizan, no requieren, las plantas transgénicas” por ser resistentes a las plagas de insectos. Cientos de artículos científicos, reportes, declaraciones de premios Nobel y evaluaciones de agencias especializadas, sustentan la inocuidad y la ausencia de daño de los organismos genéticamente modificados, añadió el también investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores.
Bolívar Zapata, Premio Príncipe de Asturias en Investigación Científica y Técnica (1991), y miembro de El Colegio Nacional desde 1994, recordó que en México y el mundo los alimentos transgénicos los han consumido desde hace más de 20 años cientos de millones de personas y miles de millones de animales sin daños reportados, lo que significa que los cultivares transgénicos son inocuos a la salud “y no tendrían por qué causar daño o contaminar las plantas nativas ni a las convencionales de las que derivan, ya que son muy parecidas entre sí, molecular, composicional y sustantivamente, llevan uno o dos genes adicionales a los miles que integran su genoma, y por ello deberían coexistir sin daño”. Prueba de ello, señaló, es que las agencias responsables de la seguridad alimentaria en el mundo no han retirado ninguno de los productos transgénicos que actualmente se comercializan.
Al referirse al maíz transgénico amarillo que importa México de los Estados Unidos, el investigador aseguró que su presencia no implica daño ni contaminación, sino más bien significa, “a nuestro juicio, inocuidad, coexistencia, como se ha detectado en muchos países, incluyendo naciones iberoamericanas, ya que las plantas transgénicas son muy parecidas a las convencionales. ¿Dónde está la evidencia de daño por la presencia de maíz transgénico amarillo? No existe ni la habrá, ya que las plantas transgénicas y convencionales son muy parecidas”, reiteró.
Mencionó que, en científicos como Luis Herrera Estrella, uno de los coautores del libro, México tiene una gran oportunidad para la sustentabilidad, pues está desarrollando plantas transgénicas que no requieren de los herbicidas para eliminar malezas, “son una extraordinaria contribución a la biotecnología mexicana, con importantes implicaciones para la salud y la sustentabilidad del medio ambiente”.
Por su parte, el Dr. Herrera Estrella comentó que el desarrollo de tecnología para producir plantas transgénicas ha beneficiado a más de ocho millones de agricultores –según datos de la revista Nature–;incrementado la productividad entre 5 y 16%, “aunque mucha gente dice que los transgénicos no están diseñados para aumentar la productividad”;disminuido las pérdidas y aumentado la ganancia neta del agricultor. Además, apuntó que estamos comiendo alimentos más sanos, que tienen menos insecticidas, menos herbicidas dañinos.
“El que nosotros apoyemos esta tecnología no quiere decir que respaldemos a empresas multinacionales. Vemos la importancia y la trascendencia de esta tecnología, cómo puede ayudar al agricultor mexicano, a tener alimentos más sanos, pero no estamos avalando ni las prácticas ni los intereses de las empresas multinacionales, y a pesar de lo que mucha gente dice, no recibimos ni un solo centavo de estas compañías. Lo que apoyamos es el desarrollo de las plantas transgénicas propias, de nuestra propia tecnología, que esté más adecuada y más alineada a las necesidades de nuestros agricultores, y estoy convencido de que es una herramienta muy poderosa para ayudar a la economía nacional y a la producción de alimentos en nuestro país.”
Quien fuera el líder del proyecto para la creación del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio) en 2005, afirmó que la generación de plantas transgénicas en el país, que permiten reducir el uso de fertilizantes y controlar las malezas sin el uso de herbicidas, es una tecnología alternativa que espera ser llevada al mercado nacional, “pero nos hemos encontrado que es extraordinariamente complejo y caro. Es prácticamente imposible que ninguna empresa pequeña o una institución académica pueda comercializar un producto. Parecería que toda esta legislación que han promovido los grupos que están en contra de los transgénicos, está diseñada para ayudar a los monopolios de las empresas multinacionales”.
Herrera Estrella expresó su preocupación por que la edición del genoma, “que promete ser una revolución mucho más grande que los transgénicos, también entre en una satanización y en un congelamiento en nuestro país, que nuevamente nos deje fuera de los beneficios potenciales y fuera de desarrollar nuestra propia tecnología, y que solo los podamos importar de otros países”, concluyó.
Finalmente, el Dr. Bolívar Zapata subrayó que “no es la recomendación de este libro propiciar la sustitución de los cultivares de los cuales México es centro de origen únicamente por cultivares transgénicos, sino señalar que hay que sumar experiencias, tecnologías como la biotecnología y conocimientos mexicanos, para contender con las grandes demandas, injusticias y problemas que enfrentamos y que se agravarán, incluyendo la defensa del medio ambiente y de la biota mexicana”.
Hizo un llamado a que se permita en México la siembra y el uso responsable de las plantas transgénicas y sus productos. “El bloqueo contra los organismos genéticamente modificados va en contra de la inteligencia, de la salud y de la sustentabilidad del medio ambiente”, remató.
Transgénicos. Grandes beneficios, ausencia de daños y mitosestá a disposición del público en general en las páginas Web del Instituto de Biotecnología de la UNAM, El Colegio Nacional y la Academia Mexicana de Ciencias, es de libre acceso.